lunes, 23 de agosto de 2010

Cap 7: "Es él... si, es él"

Escuchen esta cancion, es hermosa. Por eso mi cantante fvorita es Avril Lavigne... es magnifica cantando, componiendo... siendo tal es ella. Escuchenla:



Al terminar, soltó con insensibilidad las manos de Joe, pero al verlo a los ojos, pudo que ver que había herido sus sentimientos, y estos se delataban en sus profundos ojos grises. Tratando de reparar su frialdad hacia Joe, tomó entre sus manos el rostro de ese ser inmortal, y beso sus labios resecos con mucha lentitud y total dulzura. Joe la rodeo por la cintura con sus fornidos brazos y la acerco más a su cuerpo. Esta lo abrazo por el cuello con sus brazos y descanso sus manos en su espalda. Alison pude escuchar como Nat y John se retiraban de la habitación, subiendo a trote por la escalera. Lentamente Joe fue dando pasos hacia atrás, conduciendo a Alison al sofá. Él se fue recostando en el sillón y Alison termino encima de su dotado cuerpo. Hundidos en un profundo beso, donde los labios se movían con rapidez, donde sus lenguas se entrelazaban y se rozaban sin pudor, donde cada rincón de sus bocas fue degustado y explorado, se fueron deshaciendo de sus prendas. La remera mojada y llena de tierra de Alison, terminaron en el suelo, y la camisa de Joe, termino encima del televisor. Ella se dejo llevar por los perfectos labios de Joseph, y él se deleitaba con sentir el calor de su amada en su abdomen desnudo. Alison podía sentir cada músculo bien marcado de Joe en su vientre, mientras que el se maravillaba sintiendo las manos de Alison en su marcado pecho.
_ No aquí –dijo Alison, en medio de un beso, dándose cuenta de que Joe trataba de bajar la bragueta de su pantalón de Joe.
_ Conozco el lugar perfecto –contesto el, sonriendo con picardía y gimiendo de placer mientras Alison secaba de su frente gotas de transpiración.
_ Llévame –contesto Alison, impresionándose de su propia voz, que sonaba seductora y excitada, comparada con su voz angelical y aniñada.
De un segundo a otro, Joe había subido la escalera y dejaba a Alison en su cama negra.
Cerro la puerta con llave, se despojo de sus apretados jeans negros con rapidez, y se recostó al lado de Alison, mientras la besaba ferozmente.
Imágenes, a Alison se le vinieron imágenes a la mete… una cara, una perfecta cara… Matt.

¿Qué estas haciendo? ¿Y Matt? Aun no lo superaste… aléjate de este idiota, y piensa en lo que haces… ¿Quieres esto? ¿O solo te estas dejando llevar por la atracción que Joseph influye en ti? Piensa si esto es lo que quieres… no ilusiones a Joe, él no te hará daño… pero si no olvidas a tu primer amor, no podrás volver a amar de nuevo. ¿Él te hace igual de feliz de lo que te hacia sentir Matt? No seas estupida, y aléjate de él… dijo una voz en su cabeza.

Alison dejo de corresponderle los besos a Joe, él se dio cuenta. Ella miraba el techo con los ojos desorbitados, mientras él la miraba, ahora sentado a su lado.
_ ¿Qué sucede? –pregunto Joe, confuso.
Se levanto lentamente de la negra cama de seda, salio de la habitación de Joe dando zancadas, dejándolo solo y confuso, se metió en la de Matt, tomo una remera negra, una chaqueta negra de polar, se las puso, y al salir de la habitación, salio por la puerta principal, dirigiéndose al centro de la ciudad. Al llegar a la calle San Martín, ya eran las 22:00. Estaba caminando sin dirección fija, mirando sin mirar las vidrieras iluminadas, caminando junto a personas que no conocía, con la mirada perdida en la belleza de la luna. Al llegar a San Martín y Fadul, como en la esquina había unos bancos para sentarse, se acomodo en uno de ellos. Con frío en las manos y en los pies, miraba pasar a las personas, miraba a los perros vagabundos seguir a niños, miraba a parejas besarse en la oscuridad, miraba a adolescentes beber cerveza, acompañados de chicas de su misma edad, observaba como la vida pasaba ante sus ojos, y ella estaba detenida en el tiempo, viendo como todo pasaba en cámara lenta. Veía a los autos pasar, la gente caminar, los aviones volar, las luces prenderse y apagarse, las hojas desprenderse del árbol junto a su lado por el duro y fresco viento… todo en cámara lenta. Pudo sentir como las gotas golpeaban en su rostro, como las partículas de lluvia impactaban y humedecían su campera de polar negra, como de su cabello goteaban las gotas de agua helada, como el agua nublaba su vista, como el frío entumecía sus dedos y como no podía dejar de mirar sus negras zapatillas llenas de tierra.
Al levantar la vista, se detuvo a mirar a una persona. Era él… si, por fin era él.

No puede ser… no puede ser. Oh no! Es… es… es él…

Se acercaba cada vez más ella, dando lentos pasos, pero moviéndose delicadamente como siempre. Sus manos estaban dentro de su chaqueta de cuero negra, su cabello castaño estaba húmedo e igual se veía tan encantador como siempre, sonreía ampliamente, dejando ver sus dientes blancos, brillando como perlas, sus ojos resplandecían con ternura, vestido de pies a cabeza con ropa negra, su piel blanca y fría contrastaban con la impenetrable oscuridad que reinaba a su alrededor y con su ropaje totalmente negro. Debían ser las 23:40, mas o menos, ya casi ningún auto circulaba, como era lunes, todo el mundo dormía a estas alturas de la noche. Con pasos lentos y sigilosos, se sentó a su lado, y con sus helados brazos, la rodeó por los hombros. Ella lo miraba con los ojos desorbitados. Se veía tan perfecto, igual como ella lo recordaba, no con tanta exactitud, pero lo recordaba. Estaba a su lado, abrazándola como si él jamás se hubiera ido. Todo a su alrededor se oscureció, desapareció, ya no había nadie mas en la ciudad… solo ellos, y nadie mas. Su sonrisa era torcida, la favorita de Alison, esa sonrisa era tan calida, y a la vez con un toque de picardía, que a él le quedaba tan bien… porque a él no se podía describirlo sin la palabra perfecto. Él, no tenia defectos… al irse, solo la quería cuidar, y aunque no funciono... volvió, volvió… volvió por ella. Aun con una sonrisa es sus finos labios, acomodó un mechón de cabello detrás de la oreja de Alison, ya que le cabria el ojo derecho. Quito su brazo del hombro de Alison, se paró y se puso de cuclillas frente a ella. Sus caras quedaron enfrentadas. Con el dedo índice de su mano derecha, Matthew recorrió el contorno de los labios resecos y fríos de su amada inmortal. Él se saboreo sus labios pálidos, y se mordió el labio inferior, como tratando de no hacer algo. Se despeino un poco, al pasar sus dedos por entre su cabello castaño claro. Luego descasó sus manos en la falda de Alison… mientras esta solo lo miraba con ojos desorbitados y centelleantes. Él la miraba con cariño, con ternura… poso sus manos en el rostro de Alison y le beso la frente. Ella cerró los ojos, para poder sentir el aliento de Matt, para poder sentir como sus labios fríos, pero suaves, para poder sentir el aroma que emanaba su cabello, para poder sentir como sus labios temblaban al besarla. Al terminar, Matt coloco su frente contra la de Alison, para poder sentir su calor. Ambos mantenían los ojos cerrados, querían sentir como era volver a mantener ese calor, esa calidez electrizante. En el aire se podía sentir el calor que emanaban sus cuerpos, ahora juntos… unidos por tan poco. Aun seguía lloviendo, pero no importaba. Ambos podían obtener el calor que necesitaban del otro. Al despegar sus frentes, Matt se volvió a morder el labio inferior y abrió los ojos lentamente… ella lo miraba con curiosidad.
_ ¿Por qué te muerdes el labio? –pregunto Alison, curiosa.
_ Porque deseo besarte…pero no creo que sea lo mejor –dijo con voz aterciopelada y seductora, mirándola directamente a los ojos, aun con una maravillosa calidez.
_ ¿Por qué no lo haces? –pregunto ella.
La calidez desapareció de los ojos de Matt. Parecía tenso, fastidiado, molesto. Sus ojos se volvieron negros, como la oscuridad que reinaba a su alrededor.
_ Por todo lo que te hice... te abandone a tu suerte, sabiendo que me amabas con desesperación. Te deje sabiendo que sufrirías por mi partida. Renuncie a ti, sabiendo que tú claramente no estarías bien con eso… te abandone sin decir adiós, hice tantas cosas… sabiendo de ante mano, que no te haría bien. Sabía que te mataría mi distanciamiento… siempre lo supe… pero eso, parece, que no me fue impedimento para irme. Debía irme… pero debía quedarme. No te hago bien… pero me necesitas. Amo tu bienestar… tú amas lo que te hace mal. Amo tú seguridad… tú persigues el peligro. ¿Qué debía hacer? Seguí el camino del cobarde… y solo te abandone. No soy lo mejor para ti… pero a ti te hace bien mi compañía. Y eso no tiene sentido… pero para ti… si lo tiene. Eres rara… pero eres mí rara.
_ Claro… -dijo Alison, examinando todo lo que dijo Matt- eso tiene sentido para mi… pero no para ti. Yo soy tu presa… y amo a mi depredador. Yo soy la oveja… tu eres el lobo. Yo soy el hielo… tú eres el fuego. Yo soy la débil… tú eres el fuerte. Yo soy la mortal… tú eres el inmortal…
_ Somos muy distintos… por eso no debemos estar juntos –dijo el con tristeza.
Ella, ignorando por completo su último comentario, dijo:
_…somos muy distintos, y por eso nos complementamos tan bien. Por eso debemos estar juntos… por eso somos el uno para el otro. Por eso nacimos para estar juntos… estamos predestinados a estar juntos…
_ Eso no tiene ningún sentido lógico –dijo el, sarcástico
_.... nos une algo que no podemos ver, debemos estar juntos… ese es nuestro final. O amarnos mientras estemos juntos, o morir… estando completamente aislados de todos, solitarios como una isla en medio del Pacifico…
_ Eso tampoco tiene sentido… ¿o estar juntos, o morir solos? -preguntó él, tontamente.
_ Si… eso tiene sentido para mi –dijo ella, seria- Ninguno podrá ser feliz…
_...si no esta con el otro –dijo él, completando la frase.
_ Exacto –declaro ella, sonriendo ampliamente.
_ Esto se sabe mucho a Harry Potter, a la profecía de muerte… pero esta es de amor –dijo el, sonriendo torcidamente, mirándola a los ojos, ahora con los ojos color Maroon caramelo.
_ Lo se… a mi me sabe mucho a la saga Crepúsculo –dijo ella, meditando bien los hechos, pero devolviéndole la sonrisa.
_ Que perfecta eres cuando sonríes para mi… eres tan hermosa, pereces un ángel… –dijo él, sentándose a su lado nuevamente y abrazándola.
_... y tú pareces un vampiro de más de 100 años –dijo ella, tontamente.
_ Oh! ¿De verdad? No lo sabia, ¿Por qué no me lo dijiste antes? –preguntó él, besándola en la frente.
_ ¿Para que? Si tú ya lo sabes de memoria… ¿no me digas que recién te enteras? –inquirió ella, sonriendo, jugando con él, mientras lo abrazaba con fuerza.
_ Recién me entero mi ángel… pero si tú me amas asi, yo puedo vivir con eso… pero solo si tú me aceptas y amas así –dijo él, ahora serio, apoyando su cabeza en su coronilla, para apretarla contra su pecho.
_ Yo siempre te voy a amar asi… seas lo que seas. Si tú llegaras a ser la paraca, que viene a llevarme al otro lado, igual te amaría… igual que ahora, con locura, pasión, desesperación, con todo mi corazón, te amaría aunque fueras el diablo, te amaría aunque fueras lo que mas temo, te amaría… aunque tú no a mi. Jamás te dejaría de amar… tal vez si de esperar, pero jamás de amar. Eso nunca, amor mió.

domingo, 15 de agosto de 2010

Cap. 6: “Frío... solo siento frío”



Ahora, más calmada, sin lágrimas en los ojos, estaba Alison, recostada sobre Joe, mientras él le acariciaba la mejilla.
_Eso es… no tienes nada de que preocuparte ahora, mi amor… -dijo Joe, aprisionándola mas hacia su pecho duro y firme.
¿Mi amor?
_ Lo se, gracias… mi amor –dijo Alison, insegura de usar ese termino con Joe.
_ ¿Dijiste mi amor? –pregunto Joseph, sorprendido.
_ Claro, eso eres… ¿o no? –preguntó, ahora mas insegura.
_ Para mi, tú lo eres… pero no sabia que yo lo era para ti –dijo Joe, incrédulo.
_ Pues…lo eres, Joe –dijo Alison, ahora más segura de que Joe no lo haya tomado mal- ah… ¿que hora es?
_ Las 23:45… ¿Por qué?
_ Por nada… quería saber la hora. ¿Joseph? –preguntó Alison.
_ ¿Si? –respondió Joe.
_ ¿Por qué no me regalaste nada en mi cumpleaños? –pregunto Alison, divertida.
_ ¿Querías algo? –pregunto Joe.
_ No pedí nada… pero hubiera sido lindo de tú parte, que me hubieras regalado algo.
_ ¿Quieres un regalo de mi parte? –pregunto Joe.
_ Exacto –dijo Alison.
_ Mañana te lo daré… si es lo que deseas –confirmo Joseph, sin dejar de rozar con sus dedos el rostro de su amada inmortal.
_ Lo quiero ahora… cuando aun es mi cumpleaños –dijo ella, acercándose mas a el rostro del sexy vampiro.
_ ¿Y que quieres? –pregunto él, con su seductora voz.
_ Solo… -trago un poco saliva, antes de proseguir- solo… un abrazo amistoso… lo cual necesito.
_ Claro, eso lo puedes pedir todos los días –dijo él, abrazándola aun con más fuerza, y dándole un beso en la frente y dos besos en la mejilla.
_ Gracias Joseph… te quiero
_ Y yo te amo, Alison -le confesó, Joe.
_ Joe… creo que me iré a dormir a mi cuarto –dijo ella, viendo que Joe se estaba encariñando demasiado… además quería ir al cuarto de Matt, a ver si de verdad, había algún regalo de su parte.
Se corrió delicadamente del vampiro, se lavando de la cama y dando pasos cortos, llego hasta la puerta.
_ Ok… buenas noches –dijo Joe, desencantado, y con denotada tristeza en su voz.
Ella, al escucharlo tan triste, giro en sus pies, se acerco a la cama negra, en la que Joe se encontraba ahora sentado, se inclino en los labios carnosos y rosados de Joe… y le dio un pequeño beso. Él tomo el rostro de Alison en sus manos, la acerco más a su rostro, y lo que se suponía que tenía que ser un pequeño beso, ya no lo era más.
_ Joe… Joe… detente… Joe… detente –dijo Alison, entre besos. Trataba de apartarse de Joe, pero este bajo sus manos de la cabeza de Alison, y las situó en su cintura, y no la dejaba moverse.
Joe se dio cuenta de que había sido demasiado, se detuvo, y entrelazo sus manos con las de Alison, que colgaban a su lado.
_ Perdón… creo que fue demasiado. ¿Te encuentras bien? –se preocupó el vampiro.
_ Claro que estoy bien, pero creo que fuiste demasiado…
_ ¿Demasiado lejos? –la interrumpió Joseph.
_…demasiado vehemente, lo cual…
_ ¿Lo cual no te gusto? –la volvió a interrumpir Joe.
_…lo cual no quiere decir que no me haya gustado –terminó Alison, regalándole una sonrisa, que no tenía ganas de dar a nadie.
_ Oh… -dijo Joe, soltando lentamente las manos de Alison- entonces…buenas noches –volvió a repetir, con dulzura en su voz.
_ Para ti también –deseo Alison, se alejo de Joe, salio de la habitación, bajo corriendo las escaleras, y dando tumbos con todo, ya que la luz estaba apagada, camino hasta la cocina. Al llegar a ella, prendió las luces, para luego abrir la heladera y sacar una fría manzana. Cerró lentamente la heladera con ayuda de sus pies, y cuando termino de apagar las luces, subió corriendo hasta su cuarto, en realidad, al cuarto de Matt.
Ya dentro del cuarto, con la dulce, roja y jugosa manzana en su mano izquierda, Alison se encamino hacia la cama de su...ex novio, y vio que encima de esta, se encontraba una caja de caoba barnizada. Se sentó en la cama, poniendo la manzana en su boca, quedó con las manos libres y con ellas puso la pesada caja en su regazo. Mordió la manzana, y la mastico lentamente. Ahora, con la fruta deliciosa en apretujada en su delgada mano izquierda, abrió con la otra, la caja. En su interior había sobres con cartas dentro, fotos, CD´s, una rosa roja, un collar de plata, con un dije en forma de corazón, también de plata y un perfume. La caja emanaba el olor de de Matt… un olor dulzón: miel, vainillas y rosas. Mordió otra vez la manzana roja, y con la mano derecha, abrió uno de los tres sobre que había, y comenzó a leer:

Alison:
Tú dices que sufres, tú dices que no puedes soportarlo… pero yo estoy en el mismísimo averno. La piel me duele, los ojos me arden, mi cabeza taladra mi corazón… ¿tú sientes lo mismo que yo? No lo creo, y no me quejo, fue mi decisión… pero creo que es necesario que sepas que para mi, tampoco fue ni es difícil dejarte… fue lo mas doloroso que tuve que hacer en mi larga existencia… ya que a esto no se le puede llamar vida. ¿Sabes lo que es vivir sin ti? No, no lo sabes. Vivir sin ti… es como arder en el infierno, aunque creo que eso no seria tan doloroso como lo que estoy experimentando… este dolor no debería ser experimentado… y no te lo deseo.
Puedo ver la dulce tristeza en tus ojos cuando escuchas mi nombre en cualquier lado o de cualquier boca; puedo sentir cuando suspiras al acostarte en mi vieja cama, recordando todo lo que vivimos y pudimos haber pasado; puedo escucharte reír cuando Nataly cuenta un chiste o cuando ves a Joseph caerse del sillón, aun profundamente dormido; puedo oler tu cabello húmedo recién lavado, fragancia a chocolate, vainilla, coco y canela, cuando sales de bañarte, y sentir como esta cae en tus delgados hombros desnudos; puedo sentir, oler, mirar, tantas, pero tantas cosas… pero no poder tocarte. Es algo tan… ¿deprimente seria la palabra? No, no es la palabra... ya que fue mi elección partir de tú precioso lado Alison. Esto duele… y mucho.
No me odies por querer cuidarte, por necesitar mantenerte a salvo de todos los males… aun cuando ese mal, sea yo mismo. Es solo que te amo demasiado y no quiero hacerte daño…que el sol salga mañana es seguro, que mañana llueva es probable, que un meteorito caiga en el Planeta Tierra es improbable, pero volver a estar cerca de ti… seria algo imposible.
¿Por qué eres tan imprescindible para mi dura, larga, solitaria y fría existencia?

M.D.W.

Con los ojos bañados en lágrimas saladas y cristalinas, abrió lenta y cautelosamente la segunda carta, ya, con manos temblorosas:

Amada, querida, aspirada, suspirada, codiciad, deseada, apetecida y anhelada Alison:

Ya pasaron más de tres largos y crueles meses sin tu presencia junto a mi… ¿Cómo es que aun sigo son vida? Ni yo puedo imaginármelo… créeme. Lo que sufrí cuando te dejé, no es nada comparado con lo que siento en esta preciso momento de mi miserable existencia. Me encantaría tenerte, aquí, a mi lado… se que te encantaría este lugar… es muy pacifico y solitario… pero es mejor mantenerte lejos del dolor que puedo ocasionarte, y se que es suficiente como para matarte. Espero que Joe, como tú lo llamas, te haga feliz, completamente feliz, él no te hará daño… te lo aseguro, preciosa. Joe, ya no es la persona que yo conocí tan bien… él parecer ser tan… humano. Te quiere, te cuida, te hace feliz a su lado.
Olvídame, y se feliz con Joe, será lo mejor para ti…yo no soy lo mejor para ti, por eso no quiero estar mas a tu lado. Perdóname… no llores por mi, no me extrañes, no me ames mas de lo que me merezco, ¿quieres? No escuches canciones que te hacen daño, que te hacen llorar, que te recuerdan a mi, eso no esta bien preciosa, no te lastimes más… te autodestruyes Alison, no lo hagas mas… por favor. No seas masoquista Alison… no.
No me gusta ver lágrimas transparentes en tu rostro. No llores algo que ya no esta contigo, no recuerdes algo que ya no te acompaña, no tengas miedo a amar de nuevo, no te obsesiones con lo que hace daño, trata de no pensar en mi, no quiero verte infeliz, dile adiós a lo que te hace mal, vive como una persona normal, no te quedes en el pasado… y menos en un pasado en el que yo estoy involucrado, sácame de tú vida como de tú vida, como si fuera un mal recuerdo, sabíamos que no iba a durar, sabias, que te causaría lagrimas, fue fantástico, pero muy poco duradero. Eres increíblemente perfecta, y yo… solo soy un maldito miserable que se cruzo en tu camino, en el momento y lugar equivocado.
Estarás mejor lejos de mí, del dolor que te causo. Un dato curioso: yo solo pienso en ti, tú eres lo más parecido al amor que conocí, tú eres maravillosa, pero eras lo demasiado inocente como para creer en mis sentimientos… no sabias que te causaría daño. No te prives de vivir una vida humana, solo por mí, yo no te merezco… y lo sabes bien. Eres demasiado buena, inteligente, hermosa y simpática, como para una persona como yo... eres demasiado humana para mi, eres demasiado para mi.
M.D.W.

Las lágrimas no resistieron, y resbalaron por el rostro de Alison. Con la manzana roja mordida en su mano izquierda, abrió el tercer sobre, para comenzar a leer la carta de Matt, mientras que las interminables gotas traslúcidas, la mojaban.

Alison:
Ya es tu cumpleaños, y no puedo tolerarlo. No puedo… te necesito, necesito verte, tocarte. Necesito que me toques y me digas que me amas…necesito tu compañía, necesito tu calor. Estar contigo en tus mas preciados sueños, no me alcanza… ¿Tú quieres verme? Yo lo requiero, y mucho. Eres mi mayor adicción… mi única adicción. No me alcanzan tus recuerdos, no me alcanzan tus fotografías, sigues en mi memoria, pero ya no tan nítida como antes… te borras, te alejas de mí…
Estas tan cerca, pero a la vez tan lejos de mí, de mis manos, de mis brazos. Estoy condenado a amarte cada día de mi larga, triste y patética… ¿vida? Llámalo como quieras.
No puedo resistirme mas, no puedo resistirme a lo inevitable. Una vez, tú dijiste que no hay que insistir en lo que hace daño… tú insistes sobre mí, y yo solo flaqueo. Eres mi debilidad, ya no puedo verte sufrir más. No puedo ver sufrir a lo que mas quiero, ya no puedo. No puedo quedarme con los brazos cruzados, mientras tú caes en un abismo de depresión. Verte llorar, es como ver llorar a un ángel… un ángel tan inocente, un ángel que no sabia que existían personas malditas, grupo de personas en la que me incluyo. Tú no deberías gastar tus sollozos en hombres, y menos en una persona de mi condición... no en mí.
Pero es inútil decirte esto… tú solo me harás caso omiso. Y la única manera de que dejes de estar en esa situación tan deprimente, es… volver con lo que te, y que me, hace feliz. Somos tan masoquistas… ¿no crees? Yo si, y esto causa risa. Me enamore de la persona más frágil del mundo, y tú de la persona más indestructible. Esto es masoquismo en alto grado…
En fin, te voy a esperar el 15 de marzo, a las 16:00 hs, en Playa Larga… no faltes, amor mió. Sal abrigada de casa, hará frió, y más en la costa.
Si ya no quieres verme, entenderé bien tu ausencia.

M.D.W.


Al llegar allí, eran exactamente las 15:58. Al bajarse del lado del acompañante de la camioneta doble cabina de Joe, el viento le pegó en la cara. Caminaba sobre las miles de piedras pequeñas que se encontraban en la costa, cubierta por una pequeña capa de arena. Estaba muy bien abrigada, pero al parecer la chaqueta de cuero negra de Matt, la cual había encontrado en su gran armario, no fue suficiente. Sus manos y sus pies estaban helados. Le temblaban las piernas, y su largo cabello enmarañado, se balanceaba al fresco viento fueguino. El cielo cada vez estaba más oscuro, comenzaba a nublarse… era de esperarse en Ushuaia, el viento era muy cambiante. El viento cada vez se hacia más fresco, y él todavía no llegaba.
Ya eran las 16:25 y aun no había rastro de Matt… aun no aparecía por ningún lado. Alison estaba sentada sobre las pequeñas rocas, abrazada a sus rodillas, tiritando.
Y no llegó.
Eran las 17:30, y ya estaba lloviendo a cantaros. Estaba toda empapada, su cabello goteaba sobre su chaqueta y se adherían a su rostro, y de sus ojos castaños, caían lágrimas calidas y saladas. El clima empeoro, las olas eran más grandes, y la marea había subido, lo cual ocasionada que el viento fuera aun más y más frió. Trataba de conseguir ver alguna señal de vida en la playa, además de ella, pero sus ojos no le dejaban ver. Las lágrimas brotaban de sus ojos, lo cual le nublaba la vista. Los dedos de los pies y de las manos estaban entumecidos, la chaqueta en vez de proporcionarle calor, le hacia tener aun mas frío, ya que estaba toda humedecida. Sus orejas y su nariz estaban de un color escarlata, por el frío. Sus labios estaban pálidos y resecos, y de sus dientes castañeaban. Su aliento era helado… apenas podía respirar con normalidad.
Y no llegó.
Eran las 18:40, cuando, casi en estado de hipotermia, se levantó pesadamente del suelo, y dio lentos pasos hasta la camioneta de Joseph. Él había intentado repetidas veces obligarla a volver, ya que él no llegaba, pero Alison, obstinada, solo le hizo caso omiso. Al abrir la puerta de la camioneta, Joe estaba escuchando música. Se subió lentamente al automóvil, se sentó al lado de su piloto, cerró con las fuerzas que le quedaban, que eran escasas, y le bajó el volumen a la música de Rock, que en ese momento escuchaba Joe.
_ Vamos por favor, él no vendrá -fue lo único que alcanzó a decir Alison, con la voz quebrada y fría.
El camino a casa de Nataly, no fue nada agradable. Era tan incomodo el silencio de ultratumba que reinaba en la camioneta, que parecía salido de una película de ciencia-ficción. Pero fue rápido y corto.
Al llegar allá, Alison, que ya estaba tibia, se bajó de la camioneta dando un portazo, entró a la casa corriendo, evito las miradas de John y de Nat, que se encontraban mirando televisión, y subió las escaleras trotando. Al entrar en el cuarto de él, camino, jadeando por la corrida, hasta la mesita de luz, donde se encontraba la caja de Matt, y la miró melancólicamente.
Se quitó la chaqueta con furia y la tiro en la cama toda abierta, corrió hasta el armario, sacó toda la ropa del vampiro y la puso encima de la chaqueta, toda apilada. Se acercó a la cama, y con ayuda de las mangas de la campera, ató toda la ropa, como un bolso. Lo tomó, y mientras bajaba por la escalera, hacia el segundo piso, Joe entraba por la puerta principal.
_ ¿Qué haces con eso? –pregunto Joe, al verla bajar las escaleras, acelerada.
_ Nada que te importe, Joseph –contesto con frialdad Alison. Ella estaba demasiado furiosa y apenada.
Se dirigió a las afueras de la casa, mas exactamente al patio. Tiro la ropa en el verde pasto, tomó una pala del garaje, donde ya se encontraba la gran camioneta negra, y comenzó a cavar un pozo, cerca del Río Pipo. Cuando este fue lo suficientemente grande, puso la pala al lado del gran pozo, y a continuación tiró toda la ropa en su interior. Otra vez, entró con furia a la casa, sin importar las preguntas de todos sus amigos, y subió al cuarto de Matt. Tomó la caja de este, que se encontraba encima de la mesita de luz, y volvió corriendo al patio, junto al pozo. Al llegar allí, se arrodillo junto al hoyo, y abrió la caja lentamente. Observo su contenido. Primero, fotos. Las tomó, y al verse al lado del culpable de su lúgubre vida, la rompió en mil pedazos. Luego los cds, los tiró al lado de las que fueron fotos, partidas al medio, por las manos de Alison. Luego, el perfume, vertió todo el liquido en la ropa, y tiró el frasco vació. El collar… lo miró con tristeza. Decidió conservarlo, para ver que haría luego con él. Las cartas, hechas pedazos, terminaron en el fondo del pozo, junto con todo lo demás. Al fondo de la caja, quedo la rosa roja. La guardó en la caja, cerró esta y la arrojo al pozo.
Con ayuda de la pala, volvió a llenar de tierra su excavación. Al terminar, guardó la pala en su lugar y se sentó sobre la tierra removida. No se había dado cuenta de que aun llovía… ¿ya que importaba? Se levantó del suelo, y sin limpiarse la tierra de la ropa, se acercó mas al Río, que se encontraba a unos metros de la casa y del pozo. Al llegar a la orilla, tomo el collar de su bolsillo… y con furia lo tiro al agua. Vio como este caía lentamente, y se adentraba en las profundidades del agua helada. Se volvió con furia, y entro a la casa lentamente, pero no menos calmada.
_ ¿Qué fue lo que acabas de hacer? –preguntó Joe, acercándose a Alison, y tomándola de las manos.
_ Lo que acabo de hacer, hice. ¿No es obvio? –preguntó, sarcástica y fría.
_ ¿Pero por qué? –preguntó Joe, tranquilamente.
_ Porque me canse de esperar a alguien que no me quiere. Me canse de creer en mentiras. Me aburrí de creer en toda la basura que me dice. Él no hace más que hacerme sentir una estupida al creerle. ¿Por qué diablos no fue? Lo espere dos horas bajo la lluvia, el viento y quien sabe de que demonios me voy a enfermar ahora. Me siento idiota. Él me hizo creer que yo le importaba. No lo quiero recordar más. Él me hizo sentir única, pero eso no me alcanza, ya no. Él solo me deja caer… y yo solo sigo cayendo. Me cansé de ser tan inocente, me cansé de creerle. Él espera demasiado de mí… y yo… ya no lo quiero esperar más.



¿Y? ¿Que onda el capitulo? Espero que el capitulo sea de su agrado, y gracias por comentar! No se preocupen, entiendo eso de no poder usar la compu algunos días, a mi me pasa... y mucho! Bien, tengo mucha tarea pendiente...a si que voy a tratar de subir un cap el domingo, solo denme tiempo. Ohhh... una cosa más, gracias por recomendarme, es genial de su parte! :) espero seguir teniendo lectoras tan buenas como ustedes... en fin, las dejo. un beso grande, un abrazo... y Bye!!!

Cap. 5: “El sueño”



Es hoy, es hoy, es hoy… Tú… ¿vendrás?
Si, el día del cumpleaños había llegado. Regalos, torta, comida, bebidas, música, baile, más regalos y una calida fiesta le habían preparado a Alison. Era una edad importante… 19. Bueno, no tan importante, solo un año mas que el anterior… ¿Qué tanto podía cambiar en un año? Demasiado…
_ Ali, te tengo una sorpresa –dijo, rebosando de alegría, Nataly.
_ ¿Qué cosa? –pregunto Alison, escondiendo su angustia, tras una sonrisa forzada.
_ Alguien vino a verte desde lejos… -respondió, regalándole una enorme sonrisa.
_ ¿Quién? –preguntó Alison, más emocionada que antes, mucho mas emocionada.
_ ¡Entra! –grito Nataly, posando su mirada en la parte de atrás de Alison, en la puerta principal.
Esta dio vuelta, pero alguien le tapo los ojos con las manos… unas manos heladísimas.
_ Adivina quien soy –dijo una voz. Una voz dulce, tierna y musical, como la de un ángel… pero Alison, sabia muy bien, que ningún ángel entraría en las casa de una familia de vampiros.
_ ¡No puedes ser tú! –dijo Alison, animada y confusa. Con las manos, toco el rostro de la persona que le tapaba los ojos. Tenía rulos, nariz pequeña, al igual que su sonrisa, cejas no muy pobladas, piel fría, suave y dura como el mármol- ¡John!
Las manos que le tapaban los ojos, se posaron ahora en sus hombros. Al abrir los ojos, Alison vio a una de las personas más hermosas, perfectas y enormemente atractivas de todo el sistema solar. Era John Forks. Él, con su chaqueta de cuero marrón, con su remera blanca y lisa, sus jeans negros gastados, y unas converse, también negras, parecía todo un modelo de revista de Paris. El era su amigo desde la primaria, y nunca se separaron… hasta que John se fue a vivir a España.
_ ¡Mi vida! ¡¡¡Volviste!!! –dijo Alison, abalanzándose al cuello de John.
_ ¡Hola mi princesa! Feliz cumpleaños… espero que lo estés pasando bien –dijo John, como respuesta. Le acaricio la espalda con sus suaves dedos, y luego se separo un poco de ella y la miro a los ojos- ¿Cómo te sientes?
_ Alegre… ¡viniste! ¡Te amo, te amo, te amo, te amo, te amo!!! –le dijo Alison, encantada.
Lo abrazo de nuevo.
_ ¡Yo también Ali! Hace tanto que no escucho tu voz… ¡no sabes como te extrañe! ¡Es difícil vivir sin tu persona!
_ Oh John… ¡te extrañe tanto! Aun no creo que estés aquí… -dijo ella, separándose y mirándolo a los ojos color chocolate.
_ Pero aquí estoy... no lo dudes –dijo tiernamente, y le dio un beso en la frente.
_ Me haces tanta falta John… no sabes cuenta –dijo Alison, dejando correr algunas lagrimas sobre su rostro- ¿Nat te contó lo que paso, verdad?
_ Si, y lo lamento mucho… el se equivoca demasiado… Matt no te debió dejar, fue tan idiota… hacían tan bonita pareja. Matt tampoco debe estar pasándola muy bien... –dijo John.
Al escuchar ese nombre, salir de entre los labios finos de John, se le dio vuelta el corazón… Matt. El alma se le salio por la boca, la luz se le fue de los ojos, y sus piernas se aflojaron. Casi se cayó al suelo, pero un ágil vampiro sexy, la sostuvo en sus brazos y la sentó lentamente en el sillón.
_ ¿Te sientes bien, Alison? –dijo Joe, arrodillado cerca de ella y del sillón, pero con las rodillas en la alfombra negra.
_ No… para nada. Ven, siéntate a mi lado –pidió Alison a Joe.
Este, parándose rápidamente ante el pedido de su enamorada, la levanto del sofá, se poso debajo de ella, y al sentarse, la coloco delicadamente en su regazo. Alison, se acurruco en su pecho, adentrándose en su chaqueta negra. Olía tanto a el, ahí dentro. Los pensamientos sobre Matt salieron de su cabeza, y entraron los de Joseph.
John se sentó al lado de Nataly, en el sillón de terciopelo, ubicado al enfrente de donde estaban Joe y Alison.
_ ¿Cómo te encuentras, Joseph? –pregunto educadamente John.
_ No podría estar mejor –le respondió Joe con una sonrisa torcida, acariciando la espalda de Alison con sus largos dedos.
_ ¿Y tu Alison? ¿Cómo te sientes? –pregunto John, con su voz melodiosa.
_ Mejor…-respondió, sin levantar los ojos de la remera de Joe- ahora que me encuentro con Joseph –dijo sin medir ni pensar sus palabras.
¡Oh no! ¿Lo dije en voz alta?
Levanto los ojos hasta los de Joseph y vio que este le sonreía.
Si… lo dije en voz alta. ¡Yo y mi maldita bocota!
_ ¿Como? –pregunto John, confundido completamente
_ Nada –dijo Joe- es que Alison y yo somos amigos muy cercanos. Ella se siente mas calmada cuando esta conmigo…
_ ¿Y por que cuando esta contigo se calma? –interrogo John, ya algo desconfiado.
_ Porque yo comprendo lo que le sucedió y además nos llevamos muy bien juntos –explico y mintió Joe- solo por eso.
Por suerte, John le creyó al instante.
_ Claro… bueno, los vamos a dejar tranquilos durante un rato. Como es el cumpleaños de Alison, y ella quiere estar contigo Joe, nos veremos en unas horas… o tal vez mañana. Yo iré a descansar, el viaje desde Europa, me dejo abatido. Nos vemos... mañana chicos –dijo levantándose, y caminando delicadamente hasta el segundo piso, sin hacer ruido. Nat lo siguió, dijo que tenia que hablar con el… hace mucho que no se veían.
_ ¿Estas bien, bonita? –pregunto tiernamente Joe, mientras que con sus manos levantaba la barbilla de Alison, y la dejaba a unos pocos centímetros de la suya.
_ Claro Joe… claro que si. ¿Me haces un favor? –pidió Alison.
_ Lo de desees –respondió Joe, cariñosamente.
_ ¿Quieres acostarte a dormir conmigo? Digo… en tu cama, si quieres…
_ ¿En mi cama? –pregunto Joe, enarcando una ceja.
_ Si no quieres, lo entiendo… -comenzó a hablar, pero Joe la interrumpió.
_ Si quiero… claro, yo te llevo –dijo Joseph.
Alison, entendiendo el sentido de “yo te llevo”, dijo:
_ No Joe, yo soy muy pesada… –comenzó.
_ No… eres como una pluma –la interrumpió Joe- acuérdate de que soy un vampiro, linda
_ No… -intentó, pero para eso, Joe la tenía en sus brazos, abriendo la puerta de su enorme habitación.
¿Cómo demonios llegamos tan rápido?
En su habitación había de todo: Tv, Radio, libros, un enorme armario de lenga, un baño implacablemente blanco, un sillón para dos personas y una enorme cama negra de dos plazas… una cama matrimonial.
_ Rápido, ¿no crees? –pregunto Joe, con una sonrisa.
_ Ya lo creo –respondió, incrédula.
_ Una ventaja de ser una monstruo chupa sangre… -respondió, estúpidamente Joe.
_ No me gusta que te llames monstruo, Joe. No lo hagas… -dijo, mientras que Joe la acomodaba en su cama- eso me fastidia. Tú no eres un monstruo
_ ¿No lo soy? –pregunto Joe.
_ No, no lo eres… ahora, ¿me haces el hermosísimo favor de acostarte a mi lado, bello Joseph? –preguntó Alison, sacándose las converse con ayuda de sus pies.
_ Encantado de cumplir sus pedidos, bella doncella –respondió Joe, como todo un caballero, acostándose a su lado, sin antes sacarse la chaqueta y los zapatos.
Al acostarse a su lado, Alison se acerco para abrazarlo. El emanaba un rico calor, lo cual era raro en un vampiro…porque ellos estaban siempre helados. El tenía puerta una musculosa blanca lisa apretada, que dejaba ver sus marcados músculos en los brazos y en su abdomen.
Él se acostó mirando el techo, para que ella se acostara en su pecho y lo rodeara son sus brazos.
_ ¿Vas a dormirte? –pregunto Joe, a Alison, sintiendo que estaba respirada muy calmadamente… casi dormida.
_ Eso creo… ¿Estarás aquí cuando despierte? –pregunto Alison, inquietada, aforrándose más al duro y bien dotado cuerpo de Joe.
_ Si eso quieres… claro –dijo Joe, abrazándola con fuerza.
_ ¿Qué hora es? –pregunto ella, medio despierta, medio dormida.
_ Las 22:00… que duermas bien –le deseo Joe, susurrándole al oído.
_ Ojala…. –respondió, ya con los ojos cerrados.
Pero ni siquiera Joe, podía disipar a él de los sueños...

En esa misma habitación, en la de Matt, Alison dormía calmadamente sobre el pecho del chico que le juraba amor eterno… Joseph Thomas Williams. De un momento para otro, algo interrumpió su sueño… un golpeteo en la ventana, que daba al patio trasero… un golpeteo de pequeñas rocas al chocar con la enorme ventana. Alison, medio dormida, se froto los ojos con los dedos, se levanto de la cama lentamente, para no despertar a Joe, que dormía como un ángel… siendo todo lo contrario a eso. Apoyo sus pies en el suelo alfombrado, sintiendo que cada pelito de la alfombra hacerle cosquillas en los pies, mientras caminaba lentamente hasta la ventana. Afuera, la oscuridad reinaba, al igual que la niebla, espesa como sopa… una noche oscura sin luna. Abrió la ventana lentamente, y saco la cabeza por ella para observar la inmensa noche. Al no ver nada, se corrió de la ventana, dando unos pasos atrás, pero antes de cerrarla… una mano golpeo contra el vidrio. Alison, aturdida, la volvió a abrir y por ella entró, nada mas y nada menos, que un vampiro elegantemente vestido con un traje negro, con sus ojos castaños brillaban, aun sin haber alguna luz prendida. En sus labios carnosos y pálidos, se curvaba una sonrisa torcida, dejando ver sus largos y letales dientes. Alison, aun mas aturdida y confundida que antes, lo observo con los ojos saliéndose de sus orbitas. Él, aun sonriendo, poso sus ojos en los de ella, y la dejo atontada. Él era tan perfecto, tan extrañamente precioso, que ni siquiera los dioses y los ángeles, llegaban a ser tan perfectamente dotados de hermosura. Él, con tan solo dos pasos lentos y agraciados, llego al lado de la pequeña inmortal. Le sonrió aun más, y con ayuda de sus manos, finas, frías y delicadas, la tomo por la cintura y la acerco más a él. Ella, asombrada, lo abrazo, también por su cintura y lo arrimo contra su pecho. Pudo sentir su abdomen perfecto, sus musculosos brazos rodeándola, su aliento chocar contra su rostro, y sus ojos, ¡oh, sus ojos! Brillando como la luna llena, tan calidos y aprensivos, tan dulces. Él, la contemplo por unos minutos interminables, y acercándose un poco más a su rostro, solo unos centímetros, la beso en la frente, sintiendo como esta suspiraba, como los latidos de su corazón y su pulso se aceleraba, azotando su pecho. Al alejarse, saboreo sus labios para sentir su esencia en su boca, y que sus papilas gustativas le decían, que esto era lo más exquisito que una persona, si él lo era, podría probar en toda su existencia. Ella, radiante, se aferro aun más a su cuerpo, y él, la correspondió.
_ No te vayas –pidió, mas bien, suplico Alison.
_ Sabes que me tengo que ir –respondió él, con su aterciopelada voz de seductor- sabes que es lo mejor para ti, amor mió.
_ Lo mejor para mi, es que tú estés a mi lado por siempre –respondió ella, tratando de sonar segura… pero no lo estaba- eso es lo mejor para mi, y lo sabes.
_ Lo mejor para ti, es tener una vida llena de felicidad… algo que yo no puedo darte –dijo él, replicando.
_ No digas estupideces, Matthew Daniel Williams, sabes que eso no es verdad. Tú, eres mi felicidad… -dijo ella, sollozando, dejando correr lágrimas por el rostro.
_ No llores, no me agrada verte llorar… me hace mal –le susurro él al oído, limpiando las lagrimas con su congelada mano- parece que llora un ángel, y el que te hace llorar es un demonio-dijo él, besándola en la mejilla, secando asi, una lagrima mas.
_ Si no quieres que llore, solo tienes que quedarte… -empezó ella, pero Matt la interrumpió, colocando su frió dedo, en la boca de Alison, asiéndola callar.
_ Feliz cumpleaños, amor mió. Mi regalo lo deje en mi habitación, encima de la cama. Espero que sea de tu agrado –dijo él, recorriendo con sus dedos, un camino inventado en el rostro de Alison.
_ Todo lo que venga de ti, es de mi agrado Matt –respondió esta, mirándolo a los ojos.
_ He de irme –dijo tristemente él, alejándose delicadamente de los brazos de Alison- se feliz, aun que sea con él, parece que de verdad te quiere- agregó él, señalando a Joseph con la cabeza, que aun dormitaba. Alison casi olvidaba que el se encontraba ahí.
_ No puedo ser más feliz de lo que soy, cuando estoy contigo –dijo ella, melancólicamente.
_ Él te hará feliz –respondió él, dándose vuelta y caminando hacia la ventana.
_ ¿Ya no me amas? –pregunto desesperadamente Alison, en un intento de que él se quedara.
Matt, ya había llegado a la ventana cuando se dio vuelta y la contemplo directamente a los ojos.
_ Siempre te amaré, Alison. Esa es una pregunta totalmente absurda –respondió él, molesto.
_ ¿Y por que me dejas? –inquirió ella, petrificada en el mismo lugar donde el la había dejado.
_ Yo jamás te deje, y tampoco pienso hacerlo… lo que quiero, es que ames a otra persona –respondió él, fríamente.
_ ¿Por qué quieres que ame a otra persona? –preguntó ella, absolutamente confundida.
_ Porque es lo que tú necesitas, necesitas olvidarme de una vez Alison… Adiós –respondió fríamente, dándose vuelta y observándola por el rabillo del ojo, se dejo caer en la extraordinaria noche.
Ella, desesperada hasta la locura, corrió hacia le ventana y sacó la cabeza por esta. Nada… solo una luna llena… la niebla ya se había despejado, dejando en su lugar, un mar de estrellas y la luna brillando, como la más hermosa de todas.
Se dejo caer en el suelo alfombrado, a lloriquear, sollozar, llorar y gimotear en silencio a su amor perdido, mientras que la luna la bañaba con su luz. Ya con frió, primero cerró la ventana, luego corrió las cortinas y se acostó al lado de la única persona que en realidad la amaba… Joseph. Él, dormido, al sentirla a su lado, la rodeo con sus brazos. Ella se hundió en su pecho a sollozar. Que egoísta era… usar a la persona que la amaba como paño de lágrimas. Ella, aun sollozando y temblando, se aferro a Joe. ¿Cómo podía doler tanto? Metida entre las sabanas de seda negras, rodeada por los brazos de Joe, tratando de calmarse sin resultado alguno, se durmió… sabiendo que al entrar en el mundo de los sueños, entraría directamente, sin pasaje de vuelta, a la dimensión desconocida de las largas y duras pesadillas.


_Alison, ¿Qué sucede? –se escucho la voz preocupada de Joe.
Ella se había despertado de una pesadilla, llorando.
_ Joe, Joe, abrázame Joe, abrázame… ven, acércate a mi… Joe, por favor, te necesito –suplico Alison, entre gimoteos, viendo que Joe estaba sentado lejos de ella en la cama.
Sin dudar, Joe se acerco a su lado, se acostó y la abrazo.
_ Todo esta bien, solo fue un sueño... yo estoy aquí –dijo Joe, tratando tranquilizarla, mientras que con una mano le acariciaba el rostro.
_ Solo fue un sueño –repitió Alison, tratando de calmarse con sus mismas palabras- solo fue un sueño.


Por ser el cumpleaños de Joe, les dejo un capitulo...! Feliz cumpleaños Joseph, te mereces lo mejor de este planeta y mas...! ♥
Espero encotrar coments... porque, para ser sincera, no he encontrado los que yo esperaba tener...al menos 4... pero es lo que hay...
Quisiera pedirles que me recomienden en sus blogs... porque si esto sigue para donde va, no voy a tener ningun comentario mas en mi novela y espero no tener que cerrar o cancelar la novela, por este inconveniente.
Emmm, bueno, disfruten el capitulo, la semana que viene, o antes, le traigo otro... espero que la cancion les haya gustado, es de mi artista favorita, Avril.
Una cosa mas: estoy abierta a sugerencias y comentarios con respecto a la novela, osea, recomiendenme que cosas puedo hacer para tener a mis lectoras mas interesadas... tal vez como, una novela mas terrorifica? o una mas HOT? nose que mas hacer, espero al menos 4 coments.. o 3. Pregunten lo que quieran saber, les haré llegar las respuestas por medio de los capitulos. Recomiendenme musica, yo estoy buscando, y he encontrado musica de Taylor Swift, de Paramore y de Avril Lavigne que va muy bien con esta nove, pero, como ya dije, estoy muy, muy abierta a comentarios, sugerencias y criticas construcctivas.
Bueno, muchas gracias a todas por su apoyo. Bye, Lila Perez.

viernes, 13 de agosto de 2010

Cap. 4: “Jamás lo haré”



Dos días… solo dos días… y tal vez lo vuelva a ver, se repetía Alison en su cabeza. Solo un par de días más…
Sentada en el sillón, rodeada por los helados y musculosos brazos de Joe, tomando un té negro, estaba Alison… deprimida, para variar. Con la mirada fija en el televisor apagado, dejando que Joe… ¿la consolara?
_ ¿En que piensas? –inquirió Joe, acariciando el cabello de Alison.
_ En mi cumpleaños –mintió Alison.
_ ¿Crees que el venga? –preguntó Joseph, cortes y delicadamente.
_ No… la verdad, no lo creo –respondió fríamente.
_ ¿Puedo hacerte una pregunta? –dijo Joe, tomando las manos pálidas de su amiga.
_ Claro –respondió.
_ Tú… tú… ¿Cómo me vez? –pregunto atropelladamente Joe.
_ No comprendo…-respondió Alison, confusa, volviendo sus ojos al perfecto rostro de Joe, que la miraba con cariño- ¿a que te refieres?
_ Me refiero… a que si… ¿Me ves solo como un amigo… o como algo mas? –pregunto, mirándola a los ojos.
Oh no… ¿A dónde quiere llegar con esto?
_ No lo se… esto es verdaderamente confuso –dijo Alison, como respuesta.
_ Pero yo… ¿te gusto? ¿No es asi? –pregunto Joe.
Oh no… herí sus sentimientos… ¡que estupida soy!
_ Yo… no sabría que decirte –dijo Alison, volviendo su cara y sus ojos de nuevo hacia el televisor.
_ Oh… esta bien –dijo Joe, sin dejar de acariciar el cabello de Alison con delicadeza, pero esta se dio cuanta el tono de voz usado para responderle.
_ ¿He herido tus sentimientos, Joe? Por favor, no me mientas –suplico Alison, mirándolo a los ojos.
Este desvió su mirada, y la puso lejos… en la nada.
_ No, no me has herido Alison… eso es lo que sientes… nada
_ Yo no siento solo “nada”… entiende que para mi, esto no es nada fácil... si siento algo por ti… pero, para serte sincera, es difícil de explicar…
_ Esta bien Alison, déjalo asi -dijo Joe, algo molesto.
_ ¿Pero por que me preguntas eso Joe? –quiso saber Alison.
_ Porque… veras… tú me atraes, y mucho… -respondió Joe, algo… ¿avergonzado?
_ Oh… -dijo Alison, sintiendo arder sus mejillas.
_ Por eso fue la pregunta… pero al parecer, el sentimiento no es mutuo… ¿estoy en lo cierto? –pregunto, desencantado.
¿Qué hago ahora…?
_ Tú… tú si me gustas un poco Joe –confeso Alison- cuando estoy contigo, ya no me duele tanto su partida… pero cuando estoy sola… ni siquiera tu puedes disipar los sueños.
Eso era completamente cierto.
_ Entonces… ¿Si sientes algo por mí? –inquiero, ilusionado.
_ Si –respondió Alison, tratando de sonar firme… lo cual funciono.
_ Me encanta saber eso –dijo Joe, besando la palma de la mano izquierda de Alison.
Alison, que había dejado la taza en la mesita ratona, poso su mirada en el pecho de Joseph, y se abrazo a el con fuerza. Metió las manos dentro de su chaqueta, y abrazo la espalda de su… ¿”Qué era Joe para Alison”…?
¿Es esto lo que quiero?, se pregunto Alison, mordiéndose el labio. ¿Esto es lo que de verdad... deseo para mí?
_ ¿Te puedo citar una frase de Shakespeare, Alison? –pregunto Joe, acariciando con sus largos dedos fríos, la espalda de Alison.
_ Emmm… claro. Como desees
_ Ok: “Mi libertad es ilimitada como el mar, y profundo como este es mi amor. Cuanto mas te entrego, tanto mas me queda, pues uno y otro son infinitos”…eso expresa cuanto te amo… ¿tu sientes algo parecido, a lo que yo siento?
_ Si… claro. Tal vez no con tanta intensidad, pero si.
_ Entiendo…. Pero me gustaría algo –dijo Joe, algo inquieto- si a ti no te molesta, claro.
_ ¿Qué cosa Joe? –pregunto Alison, despreocupada.
_ Me gustaría… besarte. Solo eso…
Alison trago saliva. ¿Besar a Joseph?
Joe, viendo la duda en el rostro de Alison, prosiguió:
_ Pero puedo esperar… no te voy a obligar a hacer algo que tu no quieras –dijo, con total sinceridad.
_ No, para… tal vez... lo haga, si me lo pides, lo haré –dijo rápidamente Alison, levantando su rostro cerca del de Joe.
Quedaron enfrentados. Alison podía sentir el fresco aroma que salía de entre los labios de Joe. Era tan... hipnotizante. Canela con chocolate… y una pizca de menta. La cercanía con sus labios, hacia temblar a Alison. El por su parte, deseaba besarla, pero sentía que era demasiado precipitado… esperaba que ella lo hiciera, que se acercara mas a sus resecos y fríos labios. Alison, aun con algo de miedo en su interior, se acerco aun mas a el. ¿Qué pasaba? Deseaba besarlo… si, lo deseaba. Estaba segura… ¿pero como? ¿Lo deseaba? Ya a solo centímetros de sus labios pálidos, Alison se acerco aun más y los aprisiono contra los suyos.
¿Por qué? ¿Por qué sus labios se tenia que parecer a los de Matt? ¡Maldita sea!
Sus labios, al contacto con los de Alison, emanaban calor. Un calor que ella nunca había sentido… solo con Matt, lo cual le producía un nudo en el estomago… pero eso no le impidió seguir besando a ese muchacho tan atractivo.
¿Qué me sucede? ¡Detente! ¡Te quedas sin aire!
Si, se había quedado sin aire.
_ ¿Estas bien? –pregunto, turbado, Joe.
_ Si, solo me he quedado sin aire… dame un segundo –pidió Alison, mareada.
_ Ok… -dijo, con una pequeña sonrisa, Joe.
Al cabo de unos escasos minutos, Alison había recuperado el ritmo cardiaco y podía respirar normalmente.
_ ¿Mejor? –pregunto Joe, con vos aterciopelada.
_ Mucho mejor –dijo Alison, dejándose llevar por la voz de Joe… era tan musical, parecía que hablaba un ángel.
_ ¿Por qué te quedaste sin aire? –pregunto Joe, con calma… pero con algo de humor, algo tan raro en él.
_ Tu me dejaste sin aire… mi cerebro dejo de recibir oxigeno y casi me desmayo.
_ ¿Fue solo por que te bese? –pregunto, chistoso, Joe.
_ Si, me suele pasar a menudo.
Me solía pasar a menudo
_ ¿No me sobrepase, verdad? –pregunto Joe, ahora preocupado por su acción.
_ No, claro que no… ya te lo dije, me quedo sin aire cuando estoy con… -se calló repentinamente.
_ ¿Cuándo estas con…?
_ Cuando estoy con muchachos… que me besan y son muy, muy atractivos, Joe –admitió Alison, sonrojándose como un tomate.
¿Por qué me sonroje? Eso solo me pasa con Mat. En realidad… me pasaba con Matt.
_ ¿Eso significa que soy atractivo ante tus ojos? –pregunto Joe, exhibiendo una magnifica sonrisa.
_ Eso creo –dijo Alison, evitando los ojos de Joe, abrasándose a su pecho y posando las manos por detrás de su helada espalda.
Joe la rodeo con sus brazos.
_ ¿No tienes frió? –pregunto curioso.
_ He vivido en Ushuaia desde los 4 años. Me he acostumbrado al frió hace mucho... y con un ex novio vampiro, es aun mas fácil soportar el frió.
_Espera… ¿dijiste ex novio?
Alison recordó sus palabras… y si, había dicho ex novio.
_ Si, eso creo…
Ex novio, no me gusta como suena eso… ¿Por qué lo dije? ¿Tendrá que ver, con que estoy abrazada a Joseph? ¿Por qué tenia que decir eso…? ¡Demonios!
_ Perdón, no debí recordarte lo que dijiste, perdón –suplico Joe.
_ Te perdono, te perdono… esto igual no hacia falta, no tengo nada que perdonarte –dijo Alison, separándose un poco del cuerpo de Joe, y mirándolo a los ojos- muchas gracias Joe, de verdad, gracias
_ ¿Gracias por que? –pregunto confuso Joe.
_ Gracias por alejarlo de mi mente cuando estoy contigo –dijo, y al terminar, beso sus labios. Sin temor, sabiendo que el no le haría daño, que el no la iba a herir. No tenia miedo, ya no. El despejo su mente… él lo alejo.
_ Te quiero Joe, no sabes cuanto… -admitió Alison, dejando que las palabras salieran de su boca- por favor, no me dejes.
_ Jamás lo haré –dijo Joe, y la rodeo en sus brazos- eres la razón por la cual no me he largado de este lugar.
_ No me dejes Joe, no me dejes nunca jamás –suplico Alison, desesperada.
_ Jamás lo haré –repitió Joe, besando su frente con dulzura- jamás lo haré.
Eso espero, eso espero. Espero que solo no sean palabras vacías… llenas de nada. Eso espero… espero que no me hagas daño... como si logro hacer él.
_ Eso espero Joe… no espero menos de ti.
Espero que me cuides... como él no llego a hacer.
Te quiero mucho Joseph… de verdad, yo te quiero un montón.

domingo, 8 de agosto de 2010

Cap. 3: “Para… el que tal vez me amo”

_ No, la verdad, no se como duele… no tanto como tu lo sientes…
_ Espero que vuelva pronto… me duele su ausencia…

Y asi pasaron los días, las semanas, los meses. Deprimida y olvidada por su novio, el cual cada tanto le dejaba una carta avisándole de Joe, y su pasado. Ella cayó aun más en la depresión. El ya no la dejaba vivir… la estaba matando lentamente. Su novio la había dejado… que peor castigo. Una vida sin el, ya no era vida, era el mismísimo averno.
Se acercaba el cumpleaños número 19 de Alison. El 14 de marzo. Ya habían pasado más de tres meses de la partida de Matt. Un día, dos días, tres días… cada vez mas cerca el cumpleaños. Un día, dos días, tres días… cada vez mas vieja, mientras su novio inmortal permanecía en sus perfectos 23 años, detenido por una “maldición”, como la llamaba el.
Tirada en la cama, tapada por una sabana de seda, abrazada a sus rodillas, rodeada de pañuelitos de algodón ya utilizados, sollozando por su amor perdido, estaba Alison. En su mano fría, delgada y pálida, la cual apretaba contra su pecho, había una carta. La misma carta que el le había entregado cuando se marcho… la leía todas las noches. Y esta noche, no había sido la excepción. Aun sollozando, se abrazo aun mas a sus piernas y dejo que la carta reposara en la cama, para poder aferrarse aun mas a sus piernas. Con las lágrimas desbordándose de sus ojos castaños, no podía ver con claridad. Por esa razón, cerro los ojos fuertemente. No quería pensar en nada, ni en nadie. Porque si pensaba, recordaría su rostro, sus ojos, sus labios, su cuerpo, su cabello... no quería pensar en aquello. Pero recordarlo significaba que de verdad lo extrañaba y lo quería… las lagrimas deslizándose por su rostro significaba el amor que le tenia. Su relación había sido perfecta…. Pero creo que los dos sabían que no iba a terminar bien. Ella sabia que cerca de el, sus heridas cicatrizaban mas rápido, que cuando estaba con el, ella era feliz. Cerca de el, era todo mas fácil, mas bello. No había funcionado, eso era todo. Por las diferencias… las malditas diferencias.
_Te extraño mi amor –susurro Alison, entre dientes. Le dolía profundamente saber que el ya no estaba con ella, que se había ido… cerca de el, ella no sufría, y nunca lo haría... no cerca de el.
_ ¿Por qué solo no me dejas vivir? ¿Por qué tengo que recordarte? ¿Por qué tiene que ser tan difícil? Yo nunca quise verte infeliz… pensé que tu querías lo mismo para mi. Eras solo un sueño, un desafortunado sueño. Un romance sin esperanza. Un sentimiento pasajero…
Se levanto de la cama con dificultad y puso un Cd de Matt: “One Cell In The Sea” de “A Fine Frenzy”. Puso el tema: “Almost Lover”. Dejo que cantara Alison Sudol y dejo que el tema se repitiera una y otra vez en su cabeza y en la habitación. Se recostó en el piso alfombrado, y otra vez, se abrazo a sus piernas delgadas. Ella cantaba, Alison Sudol, lo que Alison Watson sentía. Ella la comprendía… esa canción quedaba perfecta con su situación sentimental. Imágenes…. Tantas en su mente. ¿El pensaba en las imágenes compartidas con Alison? Ella si… cada caminata, cada paseo, cada mimo, cada caricia, cada mirada, cada baile, cada beso, cada abrazo…. ¿Porque no solo me dejas vivir?
“Goodbye My Almost Lover”… una frase que esta pequeña inmortal no podía decir.
_ Te extraño Matt –dijo Alison….- ¿y tu? ¿Lo haces? –pregunto al aire, mientras dejaba que unas cuantas lagrimas se deslizaran por su rostro. Ya tenía los ojos rojos e hinchados de tanto llorar, pero no podía dejar de hacerlo, era inevitable.
Se levanto del piso, tomo la carta y… la rompió en 24 pedazos. No quería recuerdos tristes… no de el. Los tiro a la basura, tomo una hoja, una lapicera negra y comenzó a escribir:

Matt:
Tienes que entender que pienso siempre en ti. Esto va más allá de mí, de mi control. Es algo que fue asi desde que te conocí. Algo irrevocable e incontrolable. Es como si mi vida dependiera de ti. Te fuiste, pero eso no quiere decir que ya no me ames. Es algo que no voy a ser capaz de cambiar. Y hasta que tú vuelvas, y me digas que no me amas, voy a seguir en esa postura, aunque eso me condene a una vida de miseria e infelicidad, aunque eso signifique mi final…
Estoy completamente segura de que no te podré olvidar. Tu eres mi vida, mi existir, puede ser que ya no me ames, pero yo si se que te amo perdidamente. Nunca sentí esto por nadie, es único y realmente satisfactorio. Tu llenas el vació que siempre hubo en mi corazón, desde que nací. Tú me importas demasiado como para olvidarte. Por eso siempre pensare en ti, nunca te sacare de mi cabeza… porque igual se que eso es verdaderamente imposible.
Tú me complementas… y lo sabes. Sabes que te necesito. Eres la razón de mí existir. No podré resistir mucho tiempo mas… esto esta matándome. ¡Me mata! No pienso seguir viviendo sin ti. No quiero… no es lo que quiero. Es demasiado para mi… me voy a ahogar en lagrimas, si no las detienes. Tienes que volver a mí, como lo era antes. Quiero vivir... pero a tu lado. Sin ti, esto ya no tiene sentido. Tu eres la única persona que de verdad me entiende Matt. Por favor… vuelve. Esto es difícil. Necesito verte, saber que estas bien. Mi vida pende de un hilo… un hilo muy débil. Vuelve… solo eso. Necesito que comprendas que eres la razón de esta condenada vida.
No pido más que eso… sentirte otra vez a mi lado. Conmigo… por favor. Por favor Matt…. No puedo olvidarme de ti, no puedo. Estas en cada momento en mi vida… no puedo evitar pensar en ti. Las lágrimas nublan mis ojos y mi mente, pero no mi corazón. Quiero sentir tus labios sobre los míos… como antes.
¿Debería haber sabido que me causarías lagrimas? No puedo dormir, ni trabajar, ni manejar, no puedo despertar bien en las mañanas… siempre estas en mi mente. No puedo decirte adiós, no lo haré. Esta mochila de sentimientos es demasiado pesada… no puedo resistirlo. Es más fuerte que yo. Me gana, me debilita… me derriba. No puedo cargar con esto en los hombros…
¿Sabias que lloro, no es asi? ¿Sabias que solo soy una simple mortal? Si, claro que lo sabes… me conoces de memoria. Hasta aquí dejo mi carta… pero sin ningún adiós. Lo ultimo que te puedo decir es que… Te amo Matt. Oh… casi lo olvido… yo nunca quise verte infeliz.

De: Alison…tu amada mortal. Si es que aun me amas…
Para: Matt, el inmortal que alguna vez me amo… porque ahora no se si lo hace.
Respóndeme… ¿Vendrás a mi cumpleaños? Eso espero… serias el mejor regalo de todos… si es que llego a recibir alguno.
Algo más: ¿Se acabaran rápido las lágrimas? Porque creo que no me voy a secar pronto…¿Y tu?

Al terminar, dejo la carta en la mesita de noche y se acostó en la cama… pero no a dormir, quería ver si el vendría a buscar su carta… pero no lo hizo, tampoco a la noche siguiente, ni en la siguiente. Ella casi no dormía, tratando de ver si el llegaba. Pero no, no llego… en los días siguientes, el no volvió. El 23 de febrero, al salir de bañarse…Alison, no encontró su carta en la mesita de luz, el, aprovechando su baño, entro a su habitación y saco la carta. Se termino de vestir, se acostó en la cama, u aun con el cabello goteando agua tibia, se durmió… se durmió como no lo había hecho en varios meses. Al despertar, ya era de día. Era 24… cada vez faltaba menos para su cumpleaños. Se levanto lentamente, y dando un paso tras otro, bajo por las escaleras, hasta la planta baja. Ellos estaban ahí, sentados como perfectas estatuas de duro, perfecto, frió y blanco mármol, en el sillón, mirando sin mirar la TV. Sus ojos no fijaban un punto fijo… miraban sin mirar el televisor. Ellos, a comparación de Alison, si parecían zombies. Alison se dirigió hacia ellos, y se deslizo en el sillón al lado de Nataly. Ella la abrazo con fuerza.
_ ¿Cómo estas? –pregunto Nataly, sin dejar de mirar la nada.
_ Pésimo… ¿no crees que sea algo demasiado obvio?
_ No… pero creo no te molestaría que preguntara –dijo, algo brusca, mirando aun… la nada.
_ No importa… déjalo asi. Espera un segundo… ¿Estas bien?
_ Perfecta –contesto rápidamente.
_ Siempre te ves perfecta... pero digo… de ánimo… ¿como estas?
_ Perfecta –repitió con firmeza, sin dejar de abrazarla.
_ ¿Y tu Joe? ¿Cómo estas? –pregunto Alison, mirando a Joe.
_ Cansado de verte con cara de muerta… pero dentro de todo lo demás, bien -respondió, algo irritado.
_ Emmm… ok, mejor me voy –dijo Alison, librándose de los brazos helados de Nataly, y levantándose.
_ ¿A donde? –pregunto rápidamente Nataly, desviando su mirada de la nada, y fijándola en los ojos de Alison.
_ Al cuarto de Matt, para variar –respondió, subiendo las escaleras.
_ Para variar… -dijo Joe.
_ Esta bien, haz lo que desees… estas en tu casa –dijo Nataly, fijando su vista, en la ventana.
Alison, al llegar a la habitación tan familiar se recostó en la cama. Olfateo la almohada… tenia olor a su cabello… tan indescriptible, tan sabroso, tan cercano a el. Abrazo su almohada, como si pensara que si la tena cerca, a él también lo tendría… pero en el fondo, muy en el fondo, sabia que no era asi, que el en realidad no estaba y que la había olvidado, abandonado en un sueño del cual ella aun no podía despertar. Era una ilusión tan linda Matt… ¿para que despertar, y encontrase con la cruel y cruda verdad? Eso haría una persona normal, pero Alison… no lo era. Si fuera normal, lo primero que habría hecho, luego de saber la verdad que escondía la familia Williams, es haber salido espantada. Pero ella no pudo… no podía y no quería. ¿Para que vivir en la realidad, si el sueño era tan perfecto que parecía realidad? ¿Para que despertar, y darse cuenta de que todo era mentira… De que el nunca la amo? Ella lo deseaba tanto, que olvido vivir… olvido que antes, podía vivir sin el. Ahora tratar de vivir, era algo totalmente absurdo, inútil e inservible. Ella olvido… como era el mundo antes de conocerlo, como era vivir. ¿Por qué se hacia tan difícil? ¿Por qué ya no era posible vivir sin el? ¿Por qué… era tan difícil aceptar que el… ya no estaba?
Tomo un cuaderno negro, con líneas verticales blancas… y comenzó a escribir:

Querido diario:
Otro día mas sin el… ¿Por qué cada día se hace mas difícil vivir? Apenas puedo respirar… ya no rió ni suspiro. Ya no tengo porque vivir. Es tan duro vivir sin el… sin sentir sus dedos sobre mi piel. El ya no esta… que difícil es tratar de recordarlo. Me hundo, me hundo en una laguna sin fondo. No puedo nadar, no quiero nadar… es se llevo todo con el. La esperanza, la felicidad, el amor… su amor. El era el hombre de mis sueños… y se fue. Como el frió, cuando llega la primavera. Se fue… no hay nada que hacerle… solo llorar. Llorar por su ausencia que duele, y que duele profundo, como una daga al corazón. El tiempo pasa, y esto se hace cada vez más difícil. Lo cual me hace acordar a un capitulo muy corto del libro “Luna Nueva” de Stephanie Meyer, la famosísima autora de la saga “Crepúsculo”.

“El despertar”:
El tiempo pasa incluso aunque parezca imposible, incluso a pesar de que cada movimiento de la manecilla del reloj duela como el latido de la sangre al palpitar detrás de un cardenal. El tiempo transcurre de forma desigual, con saltos extraños y treguas insoportables, pero pasar, pasa. Incluso para mí.


Y aqui esta!!! Como lo habia prometido, y lo prometido, para mi es deuda.
Proximo capitulo: veremos, veremos. La semana que viene... (creo...)
Una cosa... me gustaria que vieran los videos que aparecen abajo de todo... son canciones muy relacionadas con la novela. Eso es todo mis queridas lectoras... besos!!! :)
Una frase para la novela: "Su amor es ciego, y le conviene mas la oscuridad" de Shakespeare en "La tragedia de Romeo y Julieta", Acto Segundo, Escena I.
Ahora si, bye!

Cap. 2: “Otra carta…”

Al despertar, recordó que estaba en la casa de Nataly… y de… ¿como se llamaba? Ah, Joseph, el hermano de Matt… Matt, soñó con el, toda la noche. Lo veía marcharse, alejándose de ella, como si él fuera la presa y Alison la cazadora. Era triste pensar que el ya no lo vería mas… y no podría estar a su lado nunca mas. Se sentó lentamente en la cama, apoyo sus pies en el helado suelo y se levanto. Se vistió y luego de peinarse un poco, con el cepillo de Matt, fue al living. Ahí estaban Nataly y Joe, sentados, mirando la televisión, mientras tomaban café con crema. Al verla entrar en el living, bajaron el volumen del televisor y le ofrecieron un café. Alison lo acepto, y se sentó en el sillón, al lado de Nataly.
_ Me tengo que ir –dijo Nat, levantándose del sillón.
_ ¿A dónde? –pregunto Alison, temiendo quedarse a solas con Joe.
_ A la tienda… como hoy tu te quedas aquí, supongo, yo iré a trabajar, ya son las 13:00 -respondió Nat, colocándose una campera blanca y tomando las llaves de su camioneta- ¿te quedaras, verdad?
_ Supongo –dijo Alusión, dejando el café en la mesita ratona- que te vaya bien hoy.
_ Gracias, tu también –respondió Nat, sonriéndole.
_ Cuídate del sol…. Sabes que si estas mucho tiempo al sol, te cambiara de color la piel –le aviso Alison.
_ Lo se, por eso me puse la crema que dejo Matt en el baño… esa que preparo él, para nuestra piel tan sensible… te quiero, nos vemos- respondió Nat.
_ Yo también… adiós –dijo Alison.
_ Adiós –dijo Nat, y se fue de la casa sin más preámbulos.
Alison llevo la tasa de Nataly y la suya a la cocina, y las lavo. Al terminar, se seco las manos y salio de la cocina. En el salón, estaba Joe mirando la televisión. Alison se sentó a su lado, tomo el control remoto y cambio de canal.
_ Oye! Yo estaba viendo eso-dijo Joe, enojado.
_ Lastima, ve a lavar tu tasa y luego miraras lo que se te cante –respondió Alison.
_ ¿Sabes que soy un vampiro, verdad? –le preguntó a Alison.
_ Claro que si… te reconocí al verte. Reconozco a todos los vampiros de esta ciudad… -respondió Alison, orgullosa.
_ Oh, claro. Con un novio vampiro, no te deben caber dudas de cómo somos –dijo Joe, acercándose a ella.
_ Tu eres, por asi decirlo, vegetariano, ¿verdad? –pregunto Alison, dudando de Joe.
_ Si, hace mas de 25 años que no pruebo sangre humana… pero tú te ves muy apetitosa bonita… tu olor es muy delicioso… se me hace agua la boca –dijo Joe, oliendo su cabello.
_ No te tengo miedo Joe… deja mi cabello, ¿quieres? –dijo Alison, empujándolo a un lado.
_ Esta bien… solo porque estuviste con mi hermano… y yo no me hago dueño de lo ajeno -dijo Joe, algo pedante.
_ Si, te conviene alejarte. A Matt no le caerá muy bien esto…
_ ¿Pero el no se fue?
_ Si… pero eso no quiere decir que no vuelva –respondió Alison, dudando de lo que decía… pero sin perder las esperanzas.
_ Claro, podría volver… ¿pero lo perdonaras? .pregunto Joe, curioso.
_ Yo lo amo ante todo… claro que lo perdonare. El es lo que mas amo en este mundo y siempre será asi. El es y será el amor de mi vida. Pero el cree que me hará mal transformarme… pero es lo que deseo –respondió Alison, apagando el televisor y mirando a Joe.
_ ¿Tu quieres ser como nosotros? –preguntó Joseph, atónito.
_ Claro, se lo pedí… y el se fue. El nunca estuvo de acuerdo… pero yo quiero que lo haga el. Pero como se fue… tengo que buscar a alguien más… tal vez a Nat. ¿Tu que dices Joe? –preguntó Alison, entrando mas en confianza.
_ Claro, pídeselo… ¿pero crees que ella acepte?
_ No lo se… ¿y tu lo harías? –preguntó Alison, sin pensar.
_ ¿Yo? ¿A ti? –pregunto Joe, estupefacto.
_ Si… ¿acaso nunca lo hiciste? –preguntó Alison.
_ Si… lo hice, pero apersonas que conocía… y muy pocas veces… unas dos o tres… es difícil residirse a la sangre humana.
_ Si, lo mismo me dijo Matt… no hay problema Joe, entiendo. Permiso… -dijo Alison, y subió al cuarto de Matt. Al entrar, se dio cuenta de que había una carta de color blanco en su cama, y también de que alguien puso música en la radio de Matt. La música era lenta, sonaba un piano de cola y un violín… la música que escuchaba Matt desde que había nacido, y que Alison recordaba, ya que él se la hacia escuchar cada vez que entraban a su cuarto, y bailaban al compás de la canción. Camino hasta la cama, se sentó lentamente en ella y abrió la carta tiritando. Sus manos sudaban… el había estado es el cuarto…
Era de él… otra carta de él… de Matt:

Bonita Alison:
No quiero que estés cerca de Joseph, no es una persona de fiar. No esta tan alejado de la sangre humana, como Nat y yo. Espero que entiendas mi preocupación, porque lo único que quiero es cuidarte y protegerte de todo mal… aunque ese mal sea mi hermano menor. El fue un asesino despiadado en su pasado, y ahora no se de su condición, pero no creo que sea tan pura como el agua. El tratara de seducirte y morderte… lo conozco, y se de su técnica. No te acerques a él, es peligroso. Bien, espero que me comprendas… yo siempre estaré cerca, para defenderte, pero no busques hacerte daño… porque Joseph podría hacerte mucho mas de lo crees. Sin más ni más… te amo mi princesa.

Matt Williams.

_ ¿Asi que no quieres que me acerque a el…? Pues, eso haré. Para que vuelvas… -dijo Alison, guardando la carta debajo de la almohada, junto a la otra.
Apagó la música y bajo las escaleras. Joseph estaba recostado en el sillón, leyendo un libro. Alison se sentó en e sillón de enfrente y lo comenzó a observar.
_ ¿Qué tanto miras? –pregunto Joe, mirando a Alison, saliendo de su lectura.
_ Miro tus ojos… son muy lindos… me recuerdan mucho a mi madre.
_ ¿Enserio? –dijo Joe, con poco interés.
_ Si… y… ya que vamos a vivir juntos… ¿me cuentas algo de tu vida? –pregunto Alison.
_ Claro, soy un vampiro de 96 años, aparento 21, fui un asesino serial buscado en España, salí con la hija de Madonna, no tomo sangre hace 25 años, fumé, bebí, robé y me drogué, me fugué de España hace 20 años, hace mas de 50 años que no vuelvo a Ushuaia, besé a las gemelas Olsen, tuve un perro salchicha llamado Loly, hasta que bebí su sangre, y murió, me gusta la música y divertirme, hace mucho que no me enamoro, y no deseo tanto la sangre de un humano como la tuya… el resumen de mi vida.
_ ¿Qué dijiste sobre mi sangre? –pregunto Alison, que se perdió en todas las cosas que dijo Joe.
_ Que hace mucho que no deseo la sangre de un humano como la tuya… es muy atrayente.
_ ¿Te atrae mi…sangre? –pregunto Alison, pasmada.
_ Si… tu olor, tu sangre, tu perfume, tus labios, tu ser es atrayente… no se como mi hermano pudo besarte y no morderte… debió soportar mucho.
_ Tal vez… nuca me dijo nada de eso.
_ ¿Cuánto tiempo estuvieron de novios? –pregunto Joseph.
_ Mas de un año…
_ ¿Que?¿Tanto…?
_ Si… ¿Por qué lo dices?
_ Porque si yo fuera mi hermano, te hubiera convertido hace rato, para poder estar tranquilo contigo y que nada nos separara jamás… pero parece que mi hermano mayor, no piensa igual que yo… el es demasiado correcto… no transformaría a nadie, si por el fuera, sigue las reglas… yo te hubiera mordido hace mucho…
_ ¿Eso piensas? –pregunto Alison.
_ Si, claro… -dijo Joe, detrás de su libro- ¿Qué ganaría yo, con mentirte sobre eso?
_ No lo se… emmm…. Iré a preparar algo para comer, ¿Quieres algo?
_ No gracias bonita…
_ Ok…
Alison fue a la cocina, y preparo un sándwich de pan francés, con jamón de cerdo, queso azul, lechuga, tomate perita y salsa de tomate picante. Se sentó arriba en la mesada y comió, mientras tomaba jugo de naranja dulce. Al terminar, lavo los utensilios usados, se limpio la boca con un trapo seco, se lavo los dientes y fue al living. Al ver a Joe dormido en el sillón, se fue a bañar, al baño que estaba en el cuarto de Matt. Luego de una larga ducha de agua caliente, se puso una remera blanca y lisa de su novio el vampiro, los mismos pantalones, unas medias de Nataly y sus zapatillas negras. Se peino con el cepillo de su novio, se delineo los ojos con el delineador negro de su cuñada y bajo al living. Para eso, Nataly ya había vuelto y estaba en la sala.
_ Hola Nat… ¿Todo en orden? –pregunto Alison, sentándose al lado de su amiga.
_ Si, todo bien… ¿y tu?
_ Bien, dentro de todo, bien… algo deprimida aun, pero se que volverá…eso espero, Nat.
_ Yo también lo espero… sin el, la casa parece fantasma… ¿no te parece?
_ Si….
_ ¿Joe te trató bien? –pregunto Nataly, mirando a Alison a los ojos.
_ Si, claro que si… estuvo todo el santo día, tendido en el sillón de terciopelo…no se movió, ni para ir al baño… –dijo Alison, burlona. Como si lo necesitara, pensó.
_ Si… asi es el. ¿O no Joe?
_ Claro… -respondió Joe, despertando de su siesta- soy, y seré asi por siempre.
_ Me lo imaginaba… -dijo Alison, riéndose- ¿Qué hora es?
_ Son las 20:00… tengo hambre ¿Y tú?
_ No, yo no. Hace un rato comí algo… pero si tú quieres, pedimos algo.
_ ¿Algo como que? –pregunto Nataly.
_ Algo asi como…
_ Pizza –dijo de repente Joe.
_ Excelente idea… ¿pedimos una pizza? –pregunto Alison.
_ Ok… pero ustedes invitan… -dijo Nat.
_ Si, yo invito –dijo Joe.
_ ¿Tu tienes dinero? –pregunto, burlona, Nataly
_ Si, algo tengo. Estuve trabajando en una empresa, pero luego renuncie y vine aquí. ¿Cómo crees que estuve viviendo todos estos años? –pregunto Joe.
_ Tal vez te casaste con una anciana rica, la mataste y te quedaste con su fortuna –sugirió, entre risas, Alison.
_ O tal vez… Joseph estafó a la empresa y le quito todo su dinero -dijo Nataly, riéndose.
_ Jajaja, muy graciosas –dijo Joe, irritado y sarcástico.
_ Oh Joe, por favor… solo estamos jugando. –dijo Alison.
_ Pues a mi, no me gustan ese tipo de juegos –dijo Joe, fastidiado.
_ Ok, si no quieres, yo pago las pizzas –le dijo Alison.
_ Como gustes, bonita… -respondió Joe.
_ Es un gusto, Joe…
Al cabo de una hora, estaban comiendo pizzas de queso, tomando jugo de frutos rojos, mientras reían de los chistes de Joe. El era muy cordial… más de lo que creía Alison. Pero ella, no quería reírse, solo salía si querer de su boca… ella en realidad, quería llorar... llorar por su amor que no regresaba, llorar por saber si el regresaría, para acompañarla… lo cual ella necesitaba, y mucho.
Cuando terminaron, se fueron a acostar. Pero alguien, no tuvo una buena noche… Alison. Tuvo pesadillas con Joe y con Matt. Recordó lo que Matt, le había escrito en la carta sobre Joe. Que no era de fiar… y eso… ¿era verdad?

A la mañana siguiente, Alison, se había levantado temprano e ido a buscar su ropa y sus pertenencias a su casa, para llevarlas a la casa de Nataly, donde se quedaría a vivir por un tiempo. Ya ordenada la ropa y lo demás, eran las 16:30. Estaban los tres, mirando la televisión, cuando tocan a la puerta. Traían una carta… la cual, era para Joseph. El se fue a su cuarto a leerla, mientras Alison y Nataly tomaban té de manzanilla.
_ ¿Lo extrañas?
_ ¿Es broma? Lo extraño muchísimo… no sabes cuanto… lo amo, y eso no cambiara para mi, ni siquiera si el deja de amarme. Cuando estoy acompañada, no es tanto, pero cuando estoy sola… no me lo puedo sacar de la cabeza. El fue todo para mí durante mucho tiempo… y eso no cambia de un día para otro.
_ Si lo se… yo también lo extraño –dijo Nat, dándole un sorbo al té.
_ ¿Crees que vuelva?
_ Si, lo hará… el no puede vivir sin ti…
_ Eso espero… gracias por estar aquí Nat. –dijo agradecida Alison.
_ Es mi casa… claro que tengo que estar aquí –se burlo Nat.
_ Tonta! Sabes a lo que me refiero…
_ Si, lo se…
_ Te quiero mucho –dijo Alison, dándole un abrazo a Nat.
_ Yo también… si no te quisiera, no vivirías en mi casa.
_ Lo se… por eso te quiero –dijo, ahora burlona, Alison.
_ Ahora tu te crees la graciosa –dijo Nat, separándose de su amiga.
_ No me creo, yo soy graciosa –dijo Alison.
_ Claro… ¿graciosa con quien? ¿Con Matt?
_ Con el lo era… pero se fue, y la verdad, no suelo ser muy graciosa cuando estoy deprimida.
_ Si… yo tampoco. Parecemos patéticas… deprimidas solo por un vampiro...
_ No somos patéticas… lo que pasa es que lo amamos y lo extrañamos. Y no es solo un vampiro, es Matt.
_ Tienes razón Alison…. Pero, ¿Tu crees que el nos extraña?
_ Claro, si el nos ama, como nosotras a el, nos debe extrañar…
_ Y más a ti…eres y serás su novia-dijo Nat.
_ Eso espero Nat… eso espero. Yo lo amo… y mi vida sin él, no es nada. No soy nadie ni nada sin su compañía…. El me hace respirar, me hace reír y sonreír, me hace creer que puedo ser feliz, el me hace amarlo cada segundo, el me hace… quererlo cada instante de mi vida. No se como pude vivir sin el, toda mi niñez. El es mi todo, mi mundo, mi cielo, mi noche, mi esperanza, el es todo lo que yo podía esperar y desear. No puedo explicar con palabras todo el amor que siento por el… y espero que de parte de el, sea igual. Extraño sus besos, sus abrazos, sus caricias, sus mimos, extraño cada segundo perdido a su lado, no puedo creer que se fue. Que se fue y me dejo aquí, sola. Me dijo que me iba a proteger, ¿sabes? Me lo prometió en su carta… pero no lo hace, no cumple. Porque si fuera cierto… yo no estaría sufriendo por amor… por su amor. No sabes como duele… quererlo tanto.

Perdon por tardarme tanto, chicas! Empeze a leer la saga Crepusculo, y me super enganche, ademas, mis padres no me dejan usar la compu en la semana, asi que tenia menos tiempo en escribir, leer y demas. Lo siento muchisimo, de verdad! Espero que les guste.
Hoy, para su sorpresa, subo dos!!! Para recompensarles tanto cariño y apoyo...! Las quiero muchisimo, gracias por estar siempre. Gracias por acompañarme siempre...
Proximo Cap: en un rato...
Lila Perez